El sector de la restauración ha necesitado una pandemia para dar el definitivo salto al formato digital en sus cartas. Ya se venía hablando desde hace años de la imprescindible transformación digital de los restaurantes, pero muchos establecimientos no se lo acababan de tomar en serio. La llegada de las precauciones con motivo del COVID ha supuesto que los locales de comida hayan tenido que disponer a toda prisa de cartas digitales a disposición de sus comensales.
Aunque había restaurantes que avanzaban hacia este paso digitalizador de sus cartas, eran pocos los que las ofrecían de manera habitual y de pronto lo que parecía un capricho o un lujo pasó a convertirse en una necesidad cuando el Ministerio de Sanidad advirtió de que los menús físicos podrían ser un foco de contagio. Los empresarios entendieron que era ahora o nunca, ya que al ser el papel fuente de transmisión del virus no había otra opción que mostrar su oferta a través de las nuevas tecnologías.
Ya existían numerosas empresas dedicadas a la implantación de cartas digitales en el sector de la restauración, pero era evidente que el acceso digital a la información estaba muy poco extendido y ahora ha crecido enormemente, incorporando a la simple carta muchas otras prestaciones. Lo cierto es que nada se parece al concepto preexistente. Por lo general, las cartas digitales sustituían el menú en tablets que los clientes manejaban y que suministraba el propio restaurante. Después eran simples pdfs descargables. Ahora, en cambio se requiere que el cliente descargue la carta en su propio móvil acompañada de una serie de complementos que hagan de la visita al establecimiento una experiencia similar a como se vivía antes de la pandemia, o puede que mejor.
El método más práctico para el empresario es el acceso a la carta mediante una app personalizada instalada en el dispositivo que admite una larga serie de prestaciones, incluidos alérgenos, precios, descuentos u otras variables cada vez más interesantes. La digitalización ha pasado de ser algo accesorio, importante pero no urgente, a ser capital. En esta nueva era, el comensal se puede llevar el restaurante a casa y puede consultar la carta antes de volver, conociendo más en profundidad todos los contenidos para que su elección sea más acertada. Incluso existen opciones que permiten que en una misma app se consulte la carta, se pida la comanda y se realice el pago, tanto en el restaurante como para comida para llevar, añadiendo la ventaja de un ahorro de comisiones a terceros en el campo del delivery. Si se produce un cambio en la carta, o se proponen ofertas, puedes mandar un mensaje push, e incluso se dispone de un servicio de reservas incluido en ese dispositivo.
Deja una respuesta