Una de las estrategias de marketing más afectivas para tu negocio es sin duda el buzoneo, consistente en ofrecer los productos o servicios de tu empresa llevando el mensaje publicitario hasta el buzón de tu cliente, hasta su propia casa. Está demostrado que el retorno de la inversión realizada en esta acción es grande siempre que ésta se realice de manera eficaz y siguiendo unas reglas de calidad de las que ahora te ofrecemos algunos detalles.
• Es importante estudiar bien la segmentación de público objetivo al que quieres llegar con tu folleto. Para ello debes informarte sobre dónde se encuentra geográficamente de manera mayoritaria tu cliente para que tus recursos sean aprovechados al máximo. No vamos a realizar el buzoneo de una guardería en un barrio donde apenas existan familias con hijos, sería desperdiciar tu dinero. Ya que sabes a quién te vas a dirigir y dónde está debes tener muy claro cómo vas a trasmitirle el mensaje. Para ello debes usar el adecuado, y si vas a realizar ofertas o promociones éstas deben ir en su línea y lenguaje y que no desentonen respecto al objetivo. Conocer a tu público es llegar a él
• No copies. Innova. Salte de lo habitual. Busca nuevos recursos, hazte diferente. Crea algo distinto a través del papel, las letras, los colores, las fotos, dibujos…. Obliga al cliente a fijarse en tu folleto y consigue que tu producto sea visible a la primera, y que no acabe en la papelera sin ni siquiera una oportunidad. Déjate llevar por los nuevos lenguajes si tu público es joven, no hay barreras que te lo impidan, solo usa tu imaginación. Aunque estés en papel haz referencia a tu presencia digital para que esta publicidad pueda tener una continuidad allí. Incluye tus perfiles, un código QR para llegar a tu web, hashtags para dar mayor visibilidad…
• Cuida mucho las formas. No te excedas con la densidad del texto y la información ya que se debe leer de un vistazo y poder recordar los mensajes principales, apoyados de otras informaciones complementarias en las que acudir en caso de mayor interés. Cuida los espacios en blanco, las alineaciones, los colores, juega con el tamaño y el tipo de fuente y, sobre todo, transmite un mensaje claro y atractivo. Define el objetivo. Una oferta, un regalo, tu propuesta estrella… Cuida las fotos, tu logo, y trasmite la calidad de tu producto en el propio texto. No te excedas, engañes o falsees la realidad, eso no te traerá nada más que desilusiones del cliente.
• Todo ello no te va a servir de nada si no realizas bien el reparto. Ponerte en manos de profesionales acreditados y con experiencia es la mejor idea e inversión. Prepara con ellos el plan, el público, las zonas, y supervisa con tacto sus acciones para que nada quede en el aire. Seguro que pronto verás llegar de vuelta los resultados.
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