La preimpresión digital es una fase importante y decisiva respecto al resultado final, que precede al proceso de producción digital. Su misión es la de, de manera previa a la impresión definitiva, asegurarnos de que el diseño que resultará será acorde a nuestras intenciones, y sobre todo a los deseos de nuestro cliente, sin decepciones En ese resultado van a influir diversos factores que debemos tener controlados. Uno de ellos es qué tipo de máquina usaremos para la impresión, cómo deberá ser la calidad de la tinta, la determinación de la medida del área de impresión etc… Todos ellos van a influir de manera determinante en el resultado final, y si no los tenemos suficientemente controlados pueden alterar el resultado con respecto al trabajo realizado por el diseñador. Algo que se va a convertir en un problema, cuando no en un fiasco. Por eso cobra tanta importancia la realización de una impecable preimpresión, que a la postre va a posibilitar un resultado de la máxima calidad posible.
Hemos de advertir de que no se debe confundir impresión gráfica y preimpresión digital, dos conceptos bien distintos. Aclaremos que la impresión gráfica va a responsabilizarse de transformar el diseño en un formato físico a través de la impresión. Se usan para ello distintas técnicas, como el offset, la flexografía, el huecograbado y la impresión digital, que es de la que nos estamos ocupando en su fase previa.
La preimpresión digital representa un proceso complejo que debe realizarse con alto conocimiento de sus elementos y factores, por lo que se ejecuta por manos especializadas. Si lo llevamos a cabo de manera impecable ahorraremos tiempo y recursos, y evitaremos despilfarros por errores. La preimpresión digital consigue que el proceso y los acabados de la impresión sean de óptima calidad y requiere varias fases para que su trabajo resulte altamente profesional:
- Comenzaremos por realizar una recopilación de los diseños originales, parta a continuación llevar a cabo la vectorización de la imagen para que la reproducción resulte perfecta y ajustada a las indicaciones del cliente.
- Después vamos a ocuparnos de los textos e imágenes, dos elementos fundamentales que deben quedar perfectos. Los adaptaremos al formato que vaya a tener nuestra impresión y si se detecta algún desajuste entre los textos y las imágenes, llevaremos a cabo un ensamblamiento que lo solucione.
- A continuación pasaremos a montar la forma impresora, recopilar los resultados y analizar y controlar minuciosamente si éstos se adaptan a lo que vamos buscando o se requiere algún ajuste más. Para que la impresión final tenga la mayor calidad, el personal debe controlar los secretos de tintas y colores, dos elementos fundamentales para la calidad del resultado.
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